El cuerpo humano dispone de un sistema complejo de protección frente a los diferentes agentes externos que nos pueden hacer enfermar (virus, bacterias, hongos, etc…) Este sistema ofrece resistencia y mantiene a raya a los agentes patógenos. Hay dos tipos principales de defensas:
- Específicas. Los linfocitos o glóbulos blancos son los encargados. Estos se activan de forma específica y además guardan memoria sobre el agresor o antígeno, por lo que en futuras agresiones es reconocido más rápido.
- Inespecíficas. Los fagocitos son los encargados de estas defensas inespecíficas. Estos fagocitan o engullen a los microorganismos agresores que pasan las barreras naturales como las mucosas y la piel.
Las principales dolencias que afectan al Sistema Inmunológico son:
- Trastornos gastrointestinales.
- Infecciones y la recurrencia de estas.
- Falta o alteración del sueño.
Además hay otros factores que pueden afectar a nuestro S.I.
- Estrés, dietas inadecuadas, cambios bruscos de temperatura, consumo de medicamentos, así como actitudes y emociones negativas, agresivas o destructivas
Algunas recomendaciones:
- Descansar el tiempo adecuado.
- Realizar alguna actividad física de forma regular adecuada a cada persona y edad.
- Seguir una dieta saludable y equilibrada.
- Restringir o eliminar la llamada “comida basura” o comida rápida, precocinada, congelada o rica en grasas, así como los fritos.
- Reducir o eliminar el consumo de azúcar y harinas refinadas
- Reducir o eliminar el consumo de bebidas azucaradas, con gas, estimulantes y el alcohol.
El sistema digestivo es un canal de especial importancia para la entrada de antígenos o patógenos, de ahí la gran importancia de su correcto mantenimiento. El intestino es el órgano con mayor dotación inmunitaria debido a la elevadísima cantidad de microorganismo que allí se concentran entre agentes externos y elementos de nuestra propia microbiota intestinal.
Para mantener un equilibrio saludable debemos evitar consumir determinados alimentos que alteran nuestro intestino y aumentar la frecuencia y el consumo de los que nos benefician:
- Frutas y verduras por su contenido en fibra que favorece el tránsito intestinal y vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para la respuesta inmunitaria.
- Probióticos. Son microorganismos que trabajan a nuestro favor como estimulantes y moduladores del sistema inmunitario. Podemos tomarlos en preparados como la kombucha, kéfir, miso, etc. También se pueden encontrar en cápsulas donde normalmente se combinan varias cepas y con prebióticos.
En ocasiones con mayor probabilidad de enfermar, como en los cambios de estación, estar en contacto continuo con personas enfermas, etc… podemos recurrir al consumo de complementos o plantas que nos ayudan a mantener o estimulan nuestro Sistema Inmunitario. Algunos ejemplos son:
- Shitake
- Ajo
- Equinacea
- Propoleo
- Complejos vitamínicos
En resumen, el Sistema Inmunitario actúa como regulador manteniendo un equilibrio que nuestro cuerpo necesita para llevar a cabo sus funciones biológicas normales. Cuando este equilibrio se rompe, los procesos biológicos se alteran y aparecen los síntomas de enfermedad.
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